Aplicables para niños desde los 3 años de edad en adelante.
Evitamos a toda costa hablar sobre la “muerte” y es que sentimos que si no hablamos de ella de alguna forma estamos disminuyendo la posibilidad de que ocurra, pero no hay una idea más lejana de la realidad que esta. Percibir que la muerte es algo que puede ocurrir queramos o no, permite que conversemos sobre ella y que nos preparemos conscientemente ante esa situación, además como dice Pilar Sordo en su libro Educar para sentir, sentir para educar (2017): “está probado que alguien que se sabe finita y tiene consciencia de muerte, es quien disfruta más de la vida y quien mejor persona es, porque tiene consciencia emocional y no sólo cognitiva de que va a morir”.
Cómo adultos, buscamos la forma de afrontar estas situaciones, siendo para algunos más sencillo que para otros, sin embargo, cuando hay niños en dicho contexto surgen dudas sobre cómo expresarles sobre la pérdida, deseando que la noticia no genere un impacto irreversible en su pequeño corazón y en su futuro prometedor.
Es por ello que deseo recomendarles algunos aspectos sumamente importantes al momento de perder un familiar o amigo cercano y cómo se lo expresamos a los niños:
- Primero que nada, no hay forma de que esta situación no genere dolor y tristeza, así que no esperes que tu hijo no sienta tristeza y mucho menos intentes “evitarle” ese dolor. Al aceptar que la tristeza es una emoción normal, incluso necesaria en la vida del ser humano, le ayudarás afrontar la pérdida sin reprimir u ocultar emociones y sentimientos. Definitivamente su proceso de duelo será saludable.
- Procura contarle al niño lo ocurrido el mismo día, por muy pequeño que sea, puede observar y sentir que algo no está bien y posponer la noticia producirá sentimientos profundos de confusión, ansiedad y angustia.
- Al disponerte en expresar sobre el fallecimiento, ubícate en un lugar tranquilo, donde no haya una gran cantidad de personas. Será suficiente con dos o tres personas que sean cercanas emocionalmente al niño, personas con quien se sienta en confianza y le inspiren tranquilidad.
- Se sincero sobre la causa de muerte, la verdad debe ser la base ante cualquier relación y situación, por muy doloroso que sea decir lo que realmente ocurrió evitará futuros malentendidos, conflictos o sentimientos sin resolver.
- En caso de haber sido por una enfermedad o accidente, puedes explicarle que su cuerpo no logró soportar el golpe o su corazón no tuvo suficiente fuerza y por eso murió, evitar expresar “Dios se lo llevó o lo quería a su lado” o que “la mamita necesitaba compañía y por eso se lo llevó” ya que estas expresiones generarán desaliento, frustración y rencor hacía esas personas que ya fallecieron o hacia Dios.
- En momentos los niños pueden sentir que esa persona que falleció la está “abandonando” por lo tanto es importante explicar qué esa persona no deseó morir y mucho menos dejarla (en caso de haber sido un suicidio, explicar que ese familiar o amigo tenía una enfermedad, posiblemente depresión, que produce sentimientos muy profundos de tristeza y negativismo pensando que la única solución es la muerte).
- Evite expresiones tales como “cuando seas mayor podré explicarte”, “estás muy pequeño para entender”, entre otras, estas frases prolongarán la confusión, frustración y posible resentimiento frente a la pérdida, sintiéndose solitario y minimizado.
- Permítele participar del velorio, entierro o alguna otra actividad planificada con el fin de dar un homenaje a ese familiar o amigo fallecido, la razón de estos eventos consiste en poder “despedirse” simbólicamente. Aunque estas actividades puedan generar preguntas en los niños, permitirán que su pequeño cerebro cierre un ciclo con menos dificultad y resistencia al decir “adiós” frente a la pérdida.
- Mantente dispuesto a responder o atender cualquier duda o incomodidad que tenga el niño frente a lo ocurrido. Aunque no tengas una respuesta clara, se sentirá comprendido y acogido.
- No te limites en expresar que te sientes triste ni evites que te vea llorar, la tristeza es una emoción que necesita ser aceptada e incluso expresada.
- No dude en buscar asesoría o acompañamiento psicológico tanto para los adultos como para el niño.
“El manejo del presente y la forma de vivirlo determinarán nuestra forma de enfrentar la vida y también la muerte”
Pilar Sordo